domingo, 19 de octubre de 2008

EL NUEVO ORDEN MUNDIAL (El fin de la prensa escrita)

Evidentemente a la prensa escrita se le presenta un futuro muy incierto. El debate puede estar en lo deseable, o en lo que inevitablemente parece que se acerca.

Lo deseable, desde el punto de vista de aquellos que hemos crecido con el “diario” como medio fundamental informativo sobre lo que ocurre en el mundo, es que la prensa escrita siga cumpliendo su función informativa, de opinión, con análisis en profundidad de temas de actualidad. Pero la inmediatez del medio digital, de la información instantánea, del acceso rápido y cómodo, de la “gratuidad” convierte a este medio en un contrincante poderoso con el que es difícil competir.

Por otro lado, la sociedad en general se ha caracterizado por el alarmismo y la fatalidad ante cualquier “revolución” que haya supuesto un cambio y un nuevo orden en el establecimiento de parámetros, señal inequívoca de desestabilización, inseguridad y temor ante lo desconocido. Sin lugar a dudas las nuevas tecnologías representan una “revolución”, comparable a lo que fue en su momento la “revolución industrial”, entonces el mundo no se acabó, ni hubo grandes catástrofes, sino que hubo que establecer nuevas relaciones económicas, políticas y sociales, desestimando lo habido y conocido hasta el momento por ya no ser válido en la nueva sociedad que se forjaba.

Esta vez nosotros somos protagonistas de esos cambios y en nuestras manos está establecer esas nuevas relaciones para conseguir que el mundo sea un lugar mejor para todos. Todos sabemos que el discurso imperante (y el que asumimos día a día) es el del catastrofismo de que los grandes poderes económicos manejan nuestra vida y cada uno de nosotros, como individuos, poco podemos hacer. Pero, algunos todavía pensamos, que los pequeños hechos cotidianos, y lo que es más, la suma de todos ellos y de cada uno de nosotros pueden cambiar el rumbo de las cosas. Los grandes poderes económicos se sustentan en las pequeñas economías y formas de vida de todos los individuos que conformamos la sociedad (sobre todo la imperante), nuestros pequeños actos cotidianos son importantes y no podemos ni debemos renunciar a ellos.

Si estamos ávidos de información, si buscamos contrastarla, si los derechos de los ciudadanos (como colectivo) los ponemos en un primer orden, si reivindicamos nuestra necesidad y capacidad como ciudadanos libres, maduros y conscientes a decidir la forma coherente, humana y digna de vivir y de convivir, la batalla no estará perdida. No es fácil, pero tampoco imposible, y seguramente mucho más reconfortante.

1 comentario:

Josefa dijo...

VIDEO “2015”EL NUEVO ORDEN MORAL

Este medio de comunicación (la red), evoluciona de manera vertiginosa y tiene importantes efectos sobre el flujo de información a nivel planetario.
Cabe pensar que la interacción entre los participantes sea imposible de prever donde les lleve.
Hemos podido ver una serie de nuevos descubrimientos que se han caracterizado por sustituciones rápidas a modo de quema de etapas, la generación siguiente hace obsoleta en la mitad de tiempo los descubrimientos anteriores.
Con todo, es difícil creer en el determinismo que se nos plantea por el autor, un único monopolio de comunicación en unas únicas manos con toda nuestra información y personal emitiendo boberías sin sentido.
Probablemente una acción de esa naturaleza lleve pareja una reacción contraria de igual sentido y fortaleza.
La democracia en todo caso y sus instituciones saldrán garantes frente al “Gran Hermano”.