lunes, 3 de noviembre de 2008

¿CUÁLES SON LOS PRINCIPIOS DEL PERIODISMO QUE DEBE RESPETAR EL NUEVO PERIODISMO DIGITAL?

En una sociedad democrática para que los ciudadanos puedan ejercer sus derechos los ciudadanos deben estar bien informados, el flujo de información es una exigencia de nuestro tiempo, a diferencia de las generaciones anteriores donde los acontecimientos eran lentos, ahora cada vez más dependemos de la capacidad de asimilar y filtrar el volumen ingente de datos que deben organizarse de manera en que sea posible asimilarlos. El periodismo así cumple una función social al servicio de la sociedad, los ciudadanos creen en los medios y en el prestigio de los medios y en sus líneas editoriales. No puede ser muy distinto en los nuevos medios de comunicación electrónicos, es la confianza en la ética periodística que se suelda con los ciudadanos por las narraciones anteriores, quien nos informo y le creímos, y cuando comprobamos que nos dijo la verdad nos permite avanzar con credibilidad y confianza para las nuevas informaciones del futuro. En los nuevos medios, como en los anteriores, por la dispersión de emisores se terminará por asentar en los ciudadanos la convicción de la respetabilidad del trabajo periodístico en aquellos que se ganen la misma confianza.

Sin duda, la velocidad de la producción y la dispersión en una sociedad abierta fomentará la dificultad de apreciar la verdad de los hechos periodísticos que pueden sumergirse entre un montón de simples mentiras. El valor ético profesional puede contrarrestar el magma de la confusión. Así, la ética integral del periodismo; desde el acceso a la red (en garantía de la libertad de expresión y de difusión, para el respeto y el fomento de las iniciativas comunicativas de los individuos y de las minorías), la recepción (la defensa del respeto a la inteligencia, a las emociones y a los sentimientos de cada potencial individuo receptor y en obtener el máximo provecho cultural e informativo, individual y social, de las prestaciones interactivas del sistema) y la función a la que sirve ( la libertad en sus códigos tecnológicos).

Entran en juego nuevas reglas en el trabajo periodístico, la selección motivada y responsable de los flujos informativos, el deber de asesorar en la interpretación de los conocimientos, asegurar la veracidad y curación de los contenidos, garantizar un uso correcto de la lengua, marcar una nueva cultura del texto basada en una amenidad responsable y la calidad de el periodismo literario adaptado.

Para ello, debemos preguntarnos si podemos exigir una regulación legal que de cobertura a la exigencia formal de la función periodística. Si debemos confiar en la ley o en la autorregulación. Es difícil creer que con solo una ley pueda garantizarse el deber social del periodista de decir verdad, o que códigos profesionales deotológicos puedan imponerla. Parece que pueden establecerse distintos niveles de compromiso, y el compromiso ético, en el sentido apunto, exigido por los receptores de los mensajes cierre el círculo de responsabilidad del periodista en la nueva etapa del periodismo electrónico. La función del defensor del lector, el “ombudsman”, como interrogador de la realidad y del espíritu crítico de la conciencia de la ciudadanía y los grupos sociales se necesita, para contraponer el paso del avance de la mercantilización de la cultura y de las relaciones sociales en las sociedades occidentales de nuestra época. Por otro lado se puede y debe ser optimista, si es verdad que tanto el periodismo escrito como el electrónico puede caer con facilidad en la manipulación informativa, parece que una mentira repetida millones de veces no hace una verdad, y/o que ésta pueda mantenerse mucho tiempo, los ciudadanos han dado muestras de castigar a los medios y a los gobiernos que les mintieron, desgraciadamente ello es solo posible en las sociedades democráticas.

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