LA ESCUELA: UNA VISIÓN DE LOS ESTUDIANTES DE HOY

Las aulas llevan tiempo alejadas de la realidad social. Pero es quizá ahora cuando esa lejanía se torna más evidente y, por ende, alarmante. Ya los docentes no podemos seguir refugiándonos en la actitud de que nuestros "métodos" son los válidos, aunque esos métodos estuvieran, y estén, absolutamente obsoletos; por fin el paradigma del constructivismo se nos pone enfrente mirándonos a los ojos y recordándonos nuestra ineptitud. Los alumnos de hoy, viven en un mundo en el que las tecnologías de la información y la comunicación forman parte de su vida cotidiana, y hablan un lenguaje audiovisual y tecnológico. La mayoría son autodidactas y se mueven por la red y por las redes como "pez en el agua"; miran, miran constantemente, buscan, buscan constantemente, intuyen que ahí, hay mucho más, hay todo un mundo que todavía no han descubierto, lo presienten inmenso; los mensajes que les llegan son contradictorios: se les acusa de usar el ordenador para divertirse, muchos adultos utilizan el ordenador para trabajar, pero a ellos eso les está vedado. Estudiar debe ser sinónimo de aburrimiento, de sacrificio entendido como sufrimiento, así entran a su colegio, instituto, o incluso universidad, desconectan de su mundo (y del mundo en general) y de sus intereses (psicológicos, emocionales, cognitivos, estéticos,...) para desarrollar un aprendizaje memorístico, fomentar la individualidad, la competitividad,.. el conocimiento único y en compartimentos estancos,... ¡y todavía decimos que no se esfuerzan!
"Me siento en mi pupitre, parece que estoy ciego, no veo alegría ni tampoco cuentos. Solo un señor que empieza a hablar, a hablar, a hablar,... y los niños aburridos, aburridos, aburridos,... y cogíamos y nos dormíamos. Jesus Naveso-12 años" (A tí profesor, ¡yo acuso!. Nelson Mendes, 1979)